Simplismo ludita

El desarrollo tecnológico y la automatización siguen su imparable avance en la búsqueda de nuevas formas de facilitarnos la vida e incrementar la productividad y la eficiencia. Con el imparable progreso tecnológico suelen venir también de la mano inevitables oleadas luditas.

El ludismo original fue un movimiento obrero que protestaba contra la mecanización del trabajo porque consideraba que destruía y precarizaba el empleo, como si las condiciones laborales no hubiesen hecho más que mejorar desde entonces. Si bien el hecho de que las condiciones laborales hayan mejorado a la vez que se automatizaba el trabajo no es suficiente para sostener que dicha mejora laboral se debe al desarrollo tecnológico, sí es suficiente para negar que un mayor desarrollo tecnológico produce trabajo más precario, porque lo que ha sucedido es justo lo contrario. Sobre la destrucción de puestos de trabajo hablaré más adelante.

El ludismo, con sus argumentos para oponerse a la tecnología, desapareció rápidamente pero casi dos siglos después surgió una nueva corriente que se opuso de nuevo al avance tecnológico y que se llamó neoludismo, ya que compartía objetivos con el ludismo original aunque variaban sus motivos, que eran más vagos, difusos, variados y más cercanos al primitivismo que al ludismo. Este «nuevo ludismo» que llega hasta nuestros días se opone a la tecnología por ser tecnología, porque la tecnología es mala en sí misma ya que corrompe nuestro espíritu, nos deshumaniza y aliena, nos desconecta de madre Gaia o lo que sea, depende de a quién le preguntes. La tecnología es mala y lo bueno es irse a vivir a una cabaña en el medio del monte estilo Unabomber y usar módems lentos y lámparas incandescentes.

Este neoludismo no me interesa ahora mismo, podría hablar de él en otro momento, pero no va a ser ahora. Ahora me interesa el ludismo que se opone a la tecnología porque, dicen, destruye y precariza el empleo.
Me interesa porque me parece detectar un auge de los argumentos luditas de oposición al desarrollo tecnológico y la automatización.

Ya hace tiempo que tenemos en las autopistas máquinas parecidas a esta que reemplazan al típico individuo que estaba allí para cobrarnos:

Peaje

Y aún hay gente que sigue escogiendo el pago manual porque, dicen, estas máquinas quitan puestos de trabajo porque claro, antes había una persona y ahora hay una máquina. Menos empleo, por lo tanto.

Poco después (o tal vez antes, pero yo las vi después) llegaron las cajas automáticas a algunos supermercados. Unas cajas de cobro como las demás pero en las que, en vez de tener un empleado del otro lado que va pasando los productos por el lector de códigos de barras, en estas los pasas tú.

Fuente: planta22
Fuente: planta22

Aquí yo sí que veo argumentos para oponerme, y es que me están haciendo trabajar más. Si por el mismo precio me dan a escoger entre echar todos los productos en la cinta y que alguien me los vaya cobrando (en los buenos tiempos, incluso te los guardaban en bolsas) o tener que pasarlos yo uno a uno por el lector de códigos de barras, la elección la tengo clara. Incluso aunque me cobrasen un poco más lo tendría claro, porque los vagos de voluntad débil nos cuidamos así de bien. Pero hay quien ha encontrado otros argumentos para oponerse a las cajas automáticas:

Por último, estos días nos hemos enterado de que Amazon está investigando la posibilidad de hacer entregas con drones. Dejaré de lado la cuestión de si este proyecto es realista o de momento aún son castillos en el aire o una campaña de marketing como otros han especulado. Tampoco voy a cuestionar hasta qué punto estos drones pueden sustituir el reparto tradicional ya que la propia Amazon ya han anunciado que esos drones solo tienen un alcance de 16 km. Para el tema que me interesa vamos a admitir que sí, que es un proyecto realista capaz de sustituir el reparto tradicional. En cualquier caso, no ha faltado quien ha denunciado que la iniciativa destruye empleo:

Bien, todos estos ejemplos tienen algo en común y es que el trabajo que antes hacía una persona ahora lo hace una máquina, así que las máquinas están destruyendo empleo, ¿no? Pues no, este es un análisis tremendamente simplista. ¿O acaso esas máquinas surgen por generación espontánea y son totalmente independientes de la intervención humana? Pues claro que no. En primer lugar tenemos el trabajo de investigación y desarrollo. Nada surge de una idea que se le ocurre a alguien y al día siguiente ya está en funcionamiento.
Amazon ha anunciado que sus drones no empezarán a funcionar hasta 2018. Y quién sabe cuánto tiempo de investagación previa llevan antes de haberlo hecho público. Durante todo ese tiempo se han generado puestos de trabajo en investigación y desarrollo sin eliminar ningún otro.
¿Y quíen fabrica las cajas automáticas del supermercado, la autopista y los drones de Amazon? ¿No crea eso puestos de trabajo? ¿Quién supervisa la línea de producción? Y la instalación, programación, mantenimiento, reparaciones. ¿Quién programa su software y su sistema operativo? Todo eso crea empleo. Y no más precario. ¿Es precarizar el empleo reemplazar una persona que está en una cabina a la intemperie en el medio de la nada por un ingeniero?
Se eliminan puestos de trabajo antiguos y se crean otros nuevos. Es lo que sucede a veces con los cambios. La imprenta eliminó puestos de trabajo de amanuense y los creó de libreros y empleados de imprenta. El libro electrónico eliminó puestos de trabajo en imprentas, librerías y editoriales y los creó de escritor y programador.

Todo esto en cuanto a los puestos de trabajo que se crean directamente. El mayor uso de redes de telecomunicaciones y servicios online también generan carga de trabajo en campos como programación web, administración de servidores, etc. Puede que por culpa de que ahora cualquiera pueda publicar sus cosas en Internet (algunas cosas más prescindibles como las que estás leyendo y otras más necesarias y para las que hasta ahora hacían falta editores, libreros e imprentas, como publicar un libro) haya menos librerías e imprentas y las editoriales lo estén pasando mal, pero ahora das una patada y te salen 300 empresas de programación web, un mercado que antes no existía y que ahora da para mantener una cantidad de empresas que incluso parece exagerada (y eso que la mayoría son de lo más incompetente</sysadmin mode>).

El progreso tecnológico y la automatización pueden eliminar algunos puestos de trabajo pero generan más carga en otros y ayudan a crear empresas más competitivas y eficientes que puedan generar más trabajo. La sustitución del correo tradicional por el electrónico provocó que las comunicaciones que antes tardaban días en hacerse ahora sean casi instantáneas agilizando enormemente los trámites lo que aumenta la eficiencia y una empresa más eficiente generará más trabajo. Y, a pesar de que son necesarios menos carteros, sí son necesarios más administradores de servidores de correo, administradores de redes de telecomunicaciones, ingenieros en software y telecomunicaciones que desarrollen y actualicen el estándar, programadores que desarrollen lectores de correo y MTAs, etc.

Es posible que haya un marco de tiempo en el que no se compense la destrucción de los puestos de empleo antiguo con los nuevos, pues si la creación de parte de los nuevos empleos depende del aumento de competitividad, productividad y eficiencia, eso no es algo que se consiga instantáneamente. Y también podríamos discutir si el número de nuevos empleos generados es mayor, menor o igual que los eliminados por cada tecnología en particular o por la tecnología en general. Pero eso solo añadiría más complejidad al debate, lo que apoyaría mi argumento de que la posición ludita de oponerse a la tecnología porque destruye empleo al haber una máquina donde antes había una persona es tremendamente simplista.